La
tarta de queso es uno de mis postres preferidos y a la vista de la cantidad de
recetas que hay y de las distintas versiones existentes, es seguro que gusta a
mucha gente.
Hace
tiempo publiqué la receta de una tarta de queso que suelo hacer y que queda
riquísima. Se trataba de la receta más tradicional de una típica tarta de queso,
la podéis ver AQUI, pero
sé que el horno es un paso bastante temido para muchos incipientes reposteros y
quería compartir también con ellos una tarta de queso que no les fuera difícil
de preparar, de las que no fallan y cuyo resultado fuera para repetir sin duda.
Os
voy a dar tanto la elaboración tradicional, como la de Thermomix, pero os
anticipo que esta tarta la puede hacer cualquiera, sin necesidad de tener nada
extraordinario en su cocina.
Ingredientes para la base:
- 1 paquete de galletas (300 gr. aprox.)
- 40 gr. de mantequilla
- 1 chorrito de leche
Ingredientes para la tarta:
- 150 gr. de chocolate blanco
- 1 tarrina de queso cremoso tipo Philadelphia
- 130 gr. de azúcar
- 500 gr. de nata para montar
- 250 gr. de leche
- 2 sobres de cuajada
Ingredientes para la cobertura:
- 250 gr. de mermelada de arándanos
- 3 hojas de gelatina
Elaboración en Thermomix:
Para
la base de la tarta pondremos a derretir la mantequilla en el microondas a baja
potencia. Mientras tanto pondremos las galletas dentro del vaso de la Thermomix
y las trituraremos a golpe de turbo. En un bol mezclaremos las galletas molidas
con la mantequilla y haremos una masa, si fuera necesario algo más de humedad
agregaríamos un chorrito de leche. Con esta masa forraremos la parte inferior del
molde de nuestra tarta y lo reservaremos en el frigorífico.
Para
el relleno, sin lavar el vaso de la Thermomix, pondremos el chocolate troceado,
el azúcar y la nata. Disolveremos los sobres de cuajada en el vaso de leche y
lo agregaremos también. Programar 9 min. – 100 º - vel. 3. Una vez que haya
transcurrido el tiempo, volcar sobre la base con la ayuda de un cucharón, para
que la caída no resulte muy brusca y no nos estropee la base. Dejar que pierda
temperatura y una vez que eso haya sucedido introducir en el frigorífico.
Para
la cobertura vamos a utilizar mermelada de arándanos, pero en este caso y por
diferenciar la cobertura de la anterior tarta de queso, utilizaremos unas hojas
de gelatina que hará que la textura sea diferente. Es por eso que será
necesario que hayan transcurrido unas horas y que la tarta esté perfectamente
cuajada.
Para
preparla pondremos las 3 hojas de gelatina a remojar y mientras tanto
calentaremos la mermelada en un cacito a fuego lento. Una vez que las hojas de
gelatina estén maleables y la mermelada calentita, apagamos el fuego y añadimos
las hojas de gelatina al cazo. Damos unas cuentas vueltas, para que se
disuelvan bien y pasamos todo por un colador. Vertemos sobre la tarta y de
nuevo reservamos en el frigorífico hasta que la gelatina haya cuajado.
Elaboración tradicional:
Para
la base de la tarta hay que triturar las galletas, para ello lo más cómodo es
utilizar cualquier triturador, pero se puede hacer perfectamente con un rodillo,
con un simple mortero o de cualquier forma que se os ocurra. Una vez trituradas
las mezclamos con la mantequilla, si fuera necesaria más humedad le podemos
poner un chorrito de leche. Forrar con esta masa la base del molde de la tarta.
En
un cazo, sin encender el fuego, pondremos la leche y disolveremos los 2 sobres
de cuajada. Añadir el chocolate troceado, el azúcar, la nata y encender el
fuego a media potencia. Iremos removiendo con un batidor de varillas para ayudar
a que se disuelva antes el chocolate y que no se peguen los ingredientes al
fondo del cazo. Tendremos al fuego al menos durante 7 minutos con cuidado de
que no llegue a hervir, si fuera necesario bajaríamos la potencia del fuego. Volcar
la mezcla sobre la base y reservar en el frigo una vez que haya perdido el
calor a temperatura ambiente.
Cuando
la tarta haya cuajado prepararemos la cobertura como os decía arriba. Ponemos
las 3 hojas de gelatina a remojar y mientras tanto calentamos la mermelada en
un cacito a fuego lento. Una vez que las hojas de gelatina estén maleables y la
mermelada calentita, apagamos el fuego y añadimos las hojas de gelatina al cazo.
Damos unas cuentas vueltas, para que se disuelvan bien y pasamos todo por un
colador. Vertemos sobre la tarta y de nuevo reservamos en el frigorífico hasta
que la gelatina haya cuajado.
Preparadla
y ya me contáis que os parece el resultado.
jo!!esto es de lo mas injusto!!!publicar esto cuando una quiere adelgazar un poco...jajajajque pinta mas buena...yo no me resistia y no parece nada complicada de hacer por tus instrucciones.besos
ResponderEliminarhttp://belswan77.blogspot.com.es
estoy con sorteo nuevo en el blog por si te apetece apuntarte
Ja, ja, ja... Nadie dijo que la vida fuera justa Belswan.
EliminarYo también hice uno parecido así! un besooo ♥
ResponderEliminar¿A que quedan ricas y llevan poco trabajo?...
EliminarSíiiiiiiii :D
Eliminarme encantan este tipo de tartas, estan riquisimas.
ResponderEliminarBesitos!
Y que lo digas Raquel, son un pecado.
EliminarPero y con la tarrina de queso que hago???
ResponderEliminarPerdón, no se porque se me olvidó ese paso. Una vez que está toda la mezcla del relleno hecha, dejamos que pierda un poco de temperatura y mezclamos la tarrina de queso, batiendo bien hasta conseguir que la textura sea homogénea.
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