lunes, 26 de noviembre de 2012

Deshidratar setas en casa



Hay mucha gente entendida, a la que en la época le gusta recolectar setas. Normalmente bastantes más de las que consumen. Algunas las comen, otras las regalan, otro tanto que congelan, incluso hay quien las vende... pero si eres un amante de consumir setas durante el resto del año una opción muy buena es deshidratarlas.

Otra opción para los que no entienden y no se atreven a recoger setas en el campo, es comprar las setas cuando están mejor de precio y hacer el proceso de deshidratación en casa.

Encontré muchos métodos para deshidratar setas en el blog velocidad cuchara pero a mí el que me parece más rápido y práctico es el del horno eléctrico, así que es el que os facilito.

Para empezar tendremos que limpiar las setas con un paño o con un pincelito. El agua solo hay que usarla si no queda más remedio. Una vez limpias dependiendo del tamaño que tengan, podemos trocearlas o no. Hay que tener en cuenta que a mayor tamaño de los trozos, más tiempo de deshidratación necesitarán.

 A continuación vamos colocando las setas sobre una bandeja con papel de horno o mejor sobre la rejilla de horno, por la que pasa mejor el calor. Si dispones de varias puedes apilarlas para que el proceso sea más rápido. Hay que poner el horno a muy baja temperatura (50-60º C). Si el horno te lo permite puedes dejar la puerta entreabierta, para que así salga la humedad. Habrá que esperar de 4 a 6 horas. ¡Ojo con usar un horno de gas, porque puede contaminar las setas con gases de combustión!

Además de setas con este método puedes deshidratar frutas, verduras e incluso hierbas aromáticas.

Una vez deshidratadas debemos conservarlas en botes de cristal, que guardaremos en un sitio fresco, seco y sin exposición solar.

Podemos utilizarlas para guisos, salsas, guarniciones o para un arroz. Vamos para cualquier cosa en la que usaríamos las setas frescas. Para ello solo tendremos que hidratarlas de nuevo, poniéndolas en un bol a remojo en agua o leche, fría o caliente. Pueden tardar en rehidratarse de 30 minutos a 2 horas, dependiendo de la temperatura que tenga el líquido que usemos para rehidratarlas y también del tamaño de las setas. Una vez rehidratadas las escurrimos de ese líquido (que reservaremos, ya que parte del sabor de las setas estará en él) y ya podemos utilizarlas normalmente.

Otro modo muy interesante de usar las secas deshidratadas es moliéndolas y utilizándolas después para echar en salsas, sopas o guisos.

Tal vez haya gente a la que el proceso de deshidratación le pueda parecer engorroso, en ese caso podemos optar por la congelación. Para ello es importante tener en cuenta que es recomendable congelar las setas una vez cocinadas, o al menos escaldadas 3 minutos en agua, ya que si se congelan directamente puede variar su sabor.

Espero que esta información os resulte útil a aquellos que sois amantes de las setas.

¡Hasta pronto!

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