¡Hola a todos!
Hace unos meses, os hablaba de cómo me
aplico yo en casa el esmalte semi-permanente y hoy vengo para explicaros cómo
se retiran. Lo cierto es que resulta casi más engorroso retirarlos que
aplicarlos y os quiero contar cuál es el método que mejor me funciona.
Lo primero que tenemos que tener en cuenta
es el tipo de esmalte que nos hemos aplicado, porque no es lo mismo un esmalte Soak-off, que por ejemplo un gel en formato esmalte.
Los esmaltes Soak-off se pueden retirar con relativa facilidad usando acetona
pura, mientras que los geles en formato esmalte no salen tan fácilmente y hay
que ayudarse de una lima o un torno para conseguir retirarlos.
En principio cada marca tiene su propio
líquido removedor, pero suelen resultar algo caros. En mi caso, al igual que
mucha otra gente, incluyendo centros de belleza, uso acetona pura. Os aconsejo preguntar en cualquier droguería
tradicional, seguro que la tienen a mejor precio que en sitios específicos
donde vendan productos para este tipo de manicuras.
Si el esmalte que he usado es Soak-off,
para retirarlo lo primero que hago es limar un poco la superficie del esmalte,
para que quede poroso y penetre bien el líquido que vayamos a usar para
removerlo. Puede parecer una chorrada,
pero os aseguro que acelera el proceso bastante.
Lo siguiente sería que las uñas estuviesen
en contacto directo con el líquido que usemos para remover el esmalte. Hay
cápsulas de diferentes tipos que servirían para ello. Las más típicas son estas
que a mí no me convencen demasiado.
También he visto estas otras, que parece
que tienen mejor pinta, pero no he tenido oportunidad de verlas en directo.
Y finalmente, las que a mí más me convencen
son estas, que tienen el aspecto de una especie de dedales o cápsulas de
silicona. La apariencia, al menos en la foto y los videos que he podido ver, es
de material bastante resistente, pero la disparidad de precios entre estas y el
resto es abismal.
Yo no tengo ninguna de estas cápsulas y se
podría decir que mi método es algo más cavernícola. Preparo unos discos de
algodón, los impregno de acetona, voy envolviendo cada dedo con este disco
impregnado y a continuación envuelvo el dedo con papel de aluminio. Y ahora
solo queda esperar a que la acetona haga su efecto. Dependiendo de la
temperatura ambiente puede tardar más o menos tiempo, pero yo lo suelo dejar de
15 a 20 minutos.
Cuando pasan 15 minutos, destapo la última
uña que tapé, para hacer la prueba y ver si ya el producto salta con la ayuda
de un empuja cutículas. Si no es así, envuelvo de nuevo y dejo unos minutos
más. Cuando el esmalte esté lo suficientemente reblandecido, saldrá empujándolo
con el empuja cutículas. Si no tenéis uno, podéis usar un palito de naranjo.
Si en cambio el esmalte semi-permanente es
un gel, nos va a costar bastante más de retirar. El proceso es muy similar,
pero hay que tener en cuenta que el gel
no se ablanda con la misma facilidad que los esmaltes soak-off y por lo
tanto vamos a necesitar limar al máximo la capa superior y dejar la cantidad
mínima de esmalte en nuestra uña; siempre sin llegar a la uña natural. Para hacerlo
necesitaremos o una lima de grano bastante grueso, o bien un torno. Yo suelo
usar el torno, con una lima de grano normal y a una velocidad media, para
controlar en todo momento y no lastimar mí uña. Cuando hemos retirado la mayor
parte del gel, ya podemos empapar discos de algodón en acetona, envolver los
dedos con papel de aluminio y dejar reposar unos 15 minutos. En la mayoría de
los casos, el producto se habrá ablandado y podremos retirarlo con la ayuda de
un empuja cutículas.
Dependiendo del esmalte, puede quedar algo
rugosa la superficie de la uña tras retirarlo. Lo más idóneo en estos casos es
hacerse con una lima de acabado fino o un buffer para dejar la uña lo más
igualada posible.
Al retirar este tipo de esmaltes, la uña
queda algo debilitada. Si una vez retirado el producto, no tenemos la intención
de aplicar de nuevo un esmalte de este tipo, mi recomendación es hidratar las
uñas en profundidad.
A mí me gusta además dejar las uñas
descansar una semanita, sin aplicar ningún tipo de base ni esmalte, pero
hidratándolas en profundidad a diario. Para ello uso distintos aceites o
mantecas (aceite de árbol de té, manteca de karité, aceite de oliva, aceite de
jojoba, aceite de coco,...) pero también se podría usar alguna crema específica
para uñas o simplemente una crema de manos que sea muy hidratante. El día que
me retiro el esmalte suelo usar aceite de árbol de té, porque además de aportar
la hidratación que da un aceite, tiene efecto bactericida y ayuda a evitar
hongos y demás.
Y esto es todo por hoy, espero que os haya
servido de ayuda a aquellas que empezáis a moveros en el mundo de este tipo de
esmaltes y andáis algo pérdidas con los diferentes nombres que se dan a este
tipo de esmaltes.
Hola guapa! no suelo utilizar esmaltes de este tipo pero aun así, muy buenos consejos. Por cierto, acabo de descubrir tu blog y me gusta mucho, te apetece que nos sigamos? yo te sigo desde ya para no perderme nada ;) Un besazo!
ResponderEliminarhttp://thisispau.blogspot.com.es/
Muchas gracias por tus palabras. Sin duda, me paso por tu blog a echarle un vistazo. Un besazo.
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