¡Hola, hola!... ¿Qué tal estáis?... Espero
que todos estéis muy bien. A mí el parón de las pascuas me ha afectado bastante
y he estado un poco vaga, también más desconectada de las redes sociales en
general. Como mis neuronas últimamente funcionan más lentas de lo habitual he
querido empezar las entradas en el blog del mes de Mayo con una receta de
Thermomix, de esas sencillas y que siempre salen bien.
Estamos en Valencia y si de algo podemos
presumir aquí es de tener Naranjas. Todo el que tiene un pequeño huerto, sabe
cuál es la diferencia de sabor entre algo recién recogido, en su punto óptimo
de maduración o algo recogido cuando aún estaba verde y que se ha madurado en
una cámara. No hay más que probar esos tomates que saben a corcho y que tienen
en el centro un pedúnculo casi imposible de retirar sin llevarte por medio la
mitad del tomate, pero bueno, no me quiero desviar del tema.
Total, que me parece un lujo poder hacer una
mermelada de naranja, con unas naranjas recién recogidas, cuando están
verdaderamente dulces. Queda riquísima y nos aseguramos de que es natural al
100%, sin ningún tipo de colorante, ni conservante artificial.
Vamos a usar:
§ 1 limón
§ 1 Zanahoria
§ Naranjas hasta
completar los 500 gr.
§ 500 gr. de azúcar.
La elaboración no puede ser más sencilla.
Pelamos el limón, sin que quede nada de parte blanca y eliminamos las pepitas,
si las tuviera. Tengo entendido de que el limón aparte de como conservante,
actúa también de gelificante. Pelamos la zanahoria y la troceamos un poco, esta
ayudará a intensificar el color. Ponemos a 0
la balanza de la Thermomix y añadimos la zanahoria y el limón. Pelamos
naranjas, sin que quede nada de parte blanca ni pepitas y vamos agregándolas al
vaso hasta completar los 500 gr. que necesitamos de fruta.
Ponemos 500 gr. de azúcar y troceamos en
vel. 5 durante unos segundos (de 5 a 10 segundos, dependiendo de lo triturada
que queramos la fruta). Programamos 30 min. - 100º - vel. 1. Si queremos que la
mermelada espese antes, quitamos el cubilete y ponemos el cestillo para que
evapore el líquido. Yo no lo he hecho porque buscaba una mermelada bastante
ligera, ya que quería usarla para calar los bizcochos de una tarta y me resulta
más cómoda una textura ligera.
De todos modos, si terminado el tiempo
vemos que la mermelada ha quedado demasiado ligera para nuestro gusto, siempre
podríamos alargar la cocción con la misma temperatura y velocidad hasta 1 hora;
incluso hora y media en algunos tipos de frutas con más cantidad de agua.
Se trata de ir controlando una vez
transcurrida la primera media hora, para ver lo espesa que va quedando la
mermelada. Eso sí, tened en cuenta que una vez fría va a espesar un pelín más. Bueno,
pues hechas las aclaraciones seguimos.
Una vez que ha transcurrido el tiempo ponemos
la mermelada en tarros de cristal bien limpios, los tapamos inmediatamente y
los ponemos boca abajo. Aprovechamos así para hacer una especie de vacío, que
hará que esta mermelada se conserve mejor.
Las mermeladas al llevar tanto porcentaje
de azúcar, se suelen conservar bastante bien, pero si habéis hecho bastante
cantidad y queréis aseguraros de que la mermelada se conserve en buen estado
por más tiempo, ya tenéis que recurrir al método de cocer los tarros en agua
hirviendo.
Para ello hay que
llenar los tarros de vidrio con la mermelada dejando un hueco de unos 5 mm. del
borde superior, se tapan bien los tarros y se ponen en una olla con agua que
deberá cubrir hasta el cuello de los mismos, por debajo de la tapa y encendemos
el fuego. Para evitar que alguno pueda llegar a romperse, podríamos poner algún
trapo, que evite el choque entre ellos. Se puede añadir sal al agua para
incrementar el punto de ebullición y conseguir una desinfección más eficaz. Se
tapa la olla y una vez que esta comienza a hervir, se baja el fuego y se dejan
unos 40 minutos a fuego medio. Este tiempo sería suficiente para pasteurizar
tarros de un tamaño medio, si los tarros son grandes habría que alargar el
tiempo. Una vez que ha pasado el tiempo, se apaga el fuego y se dejan los
tarros dentro del agua hasta que se hayan templado. Cuando estén templados, se
sacan de la olla, se comprueba que las tapas están bien cerradas y se secan. Se
dejan enfriar completamente y los guardamos en un lugar fresco y seco, que esté
alejado de la luz.
Y siguiendo estos
consejos, ya tenéis una mermelada casera al 100% y que podéis conservar durante
mucho tiempo.
Me despido por hoy
me despido de vosotros con un abrazo muy fuerte.
P.D.: Si una vez preparada la mermelada veis que
tiene más trocitos de lo que os gustaría y la preferís más fina, solo tenéis
que esperar a que la máquina pierda algo de temperatura y entonces triturarla
en vel. 6 unos 15 ó 20 segundos, hasta conseguir la textura que estéis
buscando.
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